Tratamiento de la capa de protección

En este paso se retiró el barniz, tras el cuál se pudo apreciar el color original de la piel, las pinceladas, las sombras, el volumen de los rasgos..Así como también la cantidad de faltantes de preparación y de capa pictórica. Para hacer una limpieza homogénea este proceso hay que hacerlo por partes, eliminando ligeras capas de barniz, y comprobando que los distintos colores no se mueven con los solventes. Fué un trabajo dificultoso ya que presentaba varias capas de barniz, y a menudo se volvía a rehidratar y esto hacía complicada su eliminación. La siguiente fase cubrir los faltantes de preparación con estuco.

La «limpieza» es tal vez el proceso más delicado y complejo en la restauración de un cuadro, ya que es irreversible.
La función del barniz es proteger la capa pictórica, además de potenciar los colores, ya sea con brillo o con acabado mate. Ésta se suele usar sobre técnica al óleo, temple a la cola, y temple al huevo, ya que hay otras técnicas que no precisan de este tipo de protección, como sería acuarela, pastel, témpera…

En muchas ocasiones el barniz está oxidado, amarillento, y conviene retirarlo para aplicar uno nuevo.

L@s restaurador@s profesionales sabemos que esta labor sólo la puede realizar un profesional, ya que cualquier intervención con agua, jabones u otra sustancia le aportaría al cuadro humedad o más agentes externos de los que tiene..

Se utilizan solventes, que hay que utilizar en distintas proporciones en cada obra, e incluso en los distintos colores del cuadro. Para ello se hacen catas de limpieza. Aparte de utilizar químicos se usa el bisturí para eliminar por ejemplo excrementos de insectos u otro tipo de salpicadura que la polución ambiental va acumulando en la superficie de las obras, así como humo de tabaco, grasa, polvo…